Una gran
oportunidad que tenemos los argentinos en este año cruel, sorpresivo, que nos
ató las manos pero jamás podrá ceñir nuestras mentes y lo digo convencida que
este compás de espera, no sea juzgado como sólo fugaz, agraviante, indecoroso y
encima perdido.
Por eso creo
firmemente que es la gran oportunidad de pensar en el porvenir de todos y cada
uno de nosotros y como un acto de arrojo, ni pequeño, ni incierto, sino con
todo el decoro, las luminarias y la música del alma, como una caricia que avive
nuestro pensamiento.
Esto no se
puede llevar a cabo, sin evocar al genio del pasado, el de ayer, el de antes,
desde los albores de nuestra Nación. Porque si recorremos los tiempos como
quien desentierra las raíces fibrosas extendidas como tentáculos que hay que
seguir trabajosamente, si es que queremos deshilar fríamente nuestra historia,
sin la visión enceguecida y traicionera que te cambia la realidad con su tinte
de pasión.
Queremos
repasar los hechos transcurridos entre nosotros desde los albores de la
historia, evocando aquellos legendarios criollos, los argentinos nacientes y
todos las generaciones hasta el presente, que no se nos nublen los ojos con los
fárragos del desencuentro que enciende el fanatismo, al que somos tan proclive.
Ha llegado la
hora, esta es nuestra única oportunidad, de disponernos a esta cruzada
reflexiva y analizar fríamente los avances y retrocesos de nuestro país en
estos doscientos diez años de vida con gobierno propio, aún antes de nuestra
independencia.
Y para
predisponernos analicemos brevemente el fragmento que cantamos del Himno Nacional Argentino, un
verdadero himno, no una marcha patriótica, recortando sus magníficas expresiones:
“Al gran Pueblo Argentino Salud”. Analicemos, en realidad somos eso, nos
creemos eso, o es una metáfora cuyo sentido se deshilachó en el tiempo. Vayamos a otro fragmento: “coronados de
gloria vivamos o juremos con gloria morir”. En realidad sin gloria preferimos morir? O nos
da igual.
Si nosotros enseñáramos
a nuestros hijos lo que significa cantar nuestro himno, lo que sentimos en nuestro interior cuando
desgranamos sus versos que honramos con la vida y nuestros ideales, que hoy es
el estudio, el trabajo, el hogar, los padres y los hijos y ayer fue la lucha,
el arrojo, el sacrificio de la vida y también la muerte en los campos de
batallas.

Felicitaciones querida Glady...! Me gusta mucho lo que has escrito y coincido totalmente. Beso grande. Dolly.
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